Ese viernes de abril cambió mi manera de pensar.
Fuimos a la universidad y llegamos más pronto que los demás colegios e institutos. Esperamos impacientes en uno de los edificios y teníamos muchas ganas de empezar a escribir. Mª Jesús llegó al poco tiempo y, después de unos minutos, por fin entramos en un aula donde comenzaría todo.
Estuvimos un par de horas escribiendo sin cesar. Al terminar salimos de la clase nerviosas. Todo empezó allí.
Apenas un mes después yo estaba en el comedor con algunas compañeras cuando mi profesora me dio la noticia. Al principio no era consciente y estuve en “shock” un buen rato. Me pilló bastante desprevenida y no me lo esperaba para nada, pero, tras recibir felicitaciones de algunos profesores y compañeros, me di cuenta de que era real, era oficialmente finalista de Almería.
Escribir para mí es explicar lo que siento en palabras. La experiencia de la universidad fue genial y, sin duda, lo repetiría mil veces más.
Patricia Ávila González 2º ESO